¡Esto es
Calcuta!
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Edición 2017
Viajé
a la India en diciembre de 2002 con Andrés, un excelente dibujante
que en los años 70 y 80 mandaba desde Bengala sus crónicas sobre la India,
en forma de viñetas, a la revista El Víbora que se las publicaba
mensualmente. Íbamos en busca de su esposa Nilufar que
se fue de Barcelona hace muchos años y nunca regresó. Ella había nacido
cerca de Calcuta y pertenece a la comunidad musulmana de Bengala Occidental.
La encontramos y su historia se ha convertido en libro. Viajé de nuevo a
Calcuta, alquilé un pisito con terraza en lo alto de un edificio del barrio
de Rabindra Sarobar y pasé allí los monzones en 2003 para seguir
hablando con Nilufar, sus vecinos, sus parientes, los comerciantes del
New Market, ir al cine, visitar a nuestros amigos artistas de
Shantiniketan, conversar con Paro-di, la promotora y protectora de los
artesanos bengalíes a través de una fundación centenaria, etc. etc.
En
Febrero de 2004, volví a instalarme en Calcuta: era primavera en Bengala
Occidental. En una semana pasamos del frío al calorcillo agradable. Mis
redes se extendían por la ciudad. Calcuta empezaba a fascinarme: Los ricos
comerciantes marwaris convertidos en coleccionistas de arte,
los parsis viviendo entre la modernidad y sus antiguas
tradiciones, los señores del té con sus jardines en Darjeeling
y sus subastas de té en Calcuta, los bajos fondos de Sudder
Street, las familias que sobreviven en las aceras, ejemplos de dignidad
en medio de la pobreza, el turismo de la mala conciencia, el
mundo de los elaboradores de bidis, los arrozales, los bosques
de bambúes, la cicatriz siempre presente de la partición entre India
y Pakistán, la independencia de Bangla Desh, la serie de novela negra
del cineasta Satyajit Ray y su detective Feluda, el mundo de
Rabindranath Tagore, los conflictos entre musulmanes e hindúes,
la historia de los nacionalistas, de los reformadores sociales del
siglo XIX, de los naxalitas de los años 70, el por qué de tantos
musulmanes en Bengala, la interesante diversidad de lenguas y
alfabetos.
En febrero de 2004 mi madre de 86 años, a quien he
dedicado este libro, viajó a Calcuta para pasar una temporada conmigo.
Sus opiniones como maestra y admiradora de Tagore desde su juventud,
forman parte de la tercera parte de ¡Esto es Calcuta!.
La historia
de Nilufar que se mezcla poco a poco con la historia de Calcuta y con
mi vida en esa ciudad, va revelando misterios escondidos,
tabúes, grandezas y miserias de un mundo extraordinario.
¡Esto es Calcuta! El
jurado del premio Grandes Viajeros 2005 "recomienda especialmente su
publicación por la originalidad del planteamiento al combinar una historia
personal y un vívido retrato de la ciudad india a la que se refiere el
título" (El Periódico 14/9/05). Este libro ha recibido el apoyo de Casa
Asia.
Comentario del escritor y fotógrafo Jordi Esteva sobre
¡Esto es Calcuta!
Otro gran libro de Ana Briongos. Mi preferido era un invierno en Kandahar,
pero tras la lectura de ¡Esto es Calcuta! Ya no se por cuál decidirme. Está
soberbiamente narrado, con humanidad y una cierta melancolía. El cuidado por
los detalles te transportan a la ciudad más intelectual y culta de la India,
con sus puestos de libros, el Indian Cofee House, la calle hippy del
Salvation Army. La historia de la joven india está muy bien hilvanada. Los
personajes secundarios están muy bien tratados. Me gustaba especialmente el
de la casera, tan fría y cortante. Leed ¡Esto es Calcuta! ¡No os lo perdais!
Comentario sobre ¡Esto es Calcuta! aparecido en la Revista viajar de marzo
de 2006, firmado por Antonio Hernández:
Con más de mil millones de habitantes y con una democracia ya consolidada,
lo cual no evita que algo menos de la mitad de su población sea analfabeta
ni impide que alrededor de setecientos millones supongan un gran mercado
lector potencial, en la India conviven la opulencia y la miseria o la
ignorancia y la brillantez cultural como en ninguna otra parte, plasmada la
última de ellas en la obtención de varios premios Nobel como Ronald Ross,
Amartya Sen o Tagore. Y ese contraste jalona este libro de forma permanente,
constante, que se manifiesta rotunda en lo referente a Calcuta, donde si la
miseria, la muerte, la inseguridad o el dolor forman un nido tenebroso,
también lo constituyen la abundancia, el bullicio, la religiosidad o el
estudio.
Sobre este cañamazo, alternando su historia secular con la íntima de una
familia bengalí y la de la autora misma, se nos ofrece un panorama vivo de
la urbe india con una peculiaridad destacable, la que a decir de Stevenson
es la más necesaria para que un escritor resulte inteligente: ser preciso.
Rilke le otorgaba ese don al poeta: “Era poeta y odiaba lo impreciso”,
decía. Con ¡Esto es Calcuta! vemos que eso es igualmente posible en otros
géneros literarios.
Comentario sobre ¡Esto es Calcuta!
por
Moncho Alpuente aparecido en BABELIA, El País, 02-09-2006
Sin miedo a los viajes
Aunque a veces se encuentren en el camino,
se crucen en los aeropuertos, o coincidan en citas de obligado cumplimiento,
las orillas del Ganges, las pirámides de Egipto, o la gran muralla china,
hay una insalvable distancia entre turistas y viajeros, Ana María Briongos
pertenece a la segunda especie, como indican sus destinos, los países que
visitó y vivió en anteriores experiencias: diez años de trabajo y vivencias
en Irán y Afganistán, territorios en principio hostiles para una viajera
solitaria y muy alejados de las rutas turísticas al uso. En sus cuadernos de
viaje, Un invierno en Kandahar, Negro sobre negro y La cueva de Alí Babá.
Irán día a día, la escritora catalana (Barcelona, 1946) ya había mostrado su
crédito como narradora fiel, alejada de cualquier exotismo, alarde de
erudición, o grandilocuencia. En sus libros, Briongos cuenta lo que ve, lo
que siente, lo que pasa a su alrededor, y es en la elección de esos
alrededores donde reside el mayor, que no el único, interés de sus relatos.
En ¡Esto es Calcuta!, el hilo de la historia
personal que ha llevado a la autora por primera vez a la India se va
entrelazando con la historia de la ciudad que es al mismo tiempo la de los
musulmanes de Bengala, desgajados dramáticamente de sus hermanos tras la
independencia de Pakistán, país del que les separan miles de kilómetros a
través de un país hostil que también es el suyo.
La historia personal, acompañar en el
reencuentro con su mujer india, Nilufar, a un amigo, dibujante de Barcelona,
sumerge a Ana María Briongos en el complejo, fascinante y dramático entorno
de un barrio popular de Calcuta. Crónica y reportaje de abajo arriba, de lo
particular a lo general, en la estela de Kapuzinski, maestro de reporteros,
¡Esto es Calcuta!, fue finalista este año del Premio Grandes Viajeros.
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